¿JUEGAS?
Uno comienza a hacerse mayor a medida que la palabra "juego" va cambiando de significado.
Cuando se es niño, juego es diversión, es libertad e imaginación. El tiempo de juego es el momento preferente y el deseado. Las horas pasan lentas y bien aprovechadas; y las risas, las carreras, las fiestas y las tonterías están a la orden del día. Jugamos a ser todo y a no ser nada, pero sobre todo anhelamos el horizonte infinito que para nosotros signifca ser mayor.
Al llegar al estadio de persona responsable, el vocablo "juego" se vuelve negativo. "No juegues con la gente", "esto no es un juego", "Pero, ¿a qué estás jugando?". Parece que una sed interminable de venganza nos ataca cuando pensamos en aquellos momentos pasados. ¿Es que nuestro inconsciente refleja que esperábamos otra cosa? Quizás no seamos ni siquiera un reflejo de lo imaginábamos que ibamos a ser en nuestra infancia, o quizás las cosas no nos vayan tan bien porque los adultos nos hemos olvidado de jugar.
Así que os incito a jugar, a imaginar y a soñar. Vamos a recordar cómo éramos, y , por qué no, recuperar parte de ello.
¿Tú a qué jugabas en tu infancia?
9 comentarios
FERMIN -
Chus -
Saludos :-)
luigi -
El día que dejemos de jugar, y por ende, de sonreír, nos habremos acabado, se habrán cerrado nuestras puertas y nuestros límites serán finitos.
Os invito a seguir jugando!!!
Un abrazo Almu.
egisto -
me encantan los tebeos y como no se me da dibujar pues editor, nos a jodio...
en realidad yo queria ser corto maltes...
Josito -
ALMU -
Yo llegué a tener un país, del que era la princesa, Picolandia, con las fronteras claramente delimitadas.
Otras veces me iba de merienda a un bosque, con oso incluido, y otras jugabamos a detectives.
Jugaba a averiguar el título del capítulo correspondiente de Barrio Sésamo, a decir adiós a los coches que pasaban, o a pedirse los anuncios de la tele.
Pero sin duda, el juego que más me gustaba era ordenar el armario de la comida de mi abuela (de menos ordeno ahora los míos)
Juan, cuando quieras, esto parece un duelo. Vete buscando los padrinos.
Guti -
Juan Rey -
Como puedes comprobar a mi me sigue gustando jugar. En el fondo el concepto sigue siendo el mismo, diviértete jugando, pero no te hagas daño a ti mismo ni al resto de los niños. Con los años los peligros del juego aumentan, pero también la diversión que proporcionan, y como cuando éramos niños, a veces es inevitable llegar con algún que otro chichón, propio o ajeno, a casa.
P.D. Lo de la partida de canicas va en serio, busca un campo practicable (y a ser posible apartado de los flashes de la prensa) y un compi de partida, que al Guá es mejor jugar varios.
Filo de Espada -
Todavía juego con mi hija de cuatro años. Es más, el mismo blog no deja de ser un juego, una travesura de inmadurez impenitente.
Un saludo Doña Almu.