DON´T FORGET
Esta semana leía una noticia impresionante pero que no ha sido portada de periódicos, ni ha abierto ningún telediario. La pobreza, la miseria y la tristeza por sí solas no son noticia, si no van acompañadas de guerras, de George Bush o de una falta de sintonía entre el gobierno y la oposición.
El invierno está siendo duro en Afganistán. En Kabul y en Herat, en los campos de refugiados afganos, decenas de personas han sufrido amputaciones en sus miembros por frío. Niños y niñas sobre todo, como si no hubieran soportado ya infinitas.
El Holocausto debe estar presente en nuestra memoria colectiva. El Museo de la Memoria del Holocausto de Jerusalén recibió el año pasado el premio Príncipe de Asturias, más de sesenta años después; pero de Afganistán ya nadie se acuerda. Miles de personas fueron perseguidas y torturadas por el Estado talibán. Las mujeres no podían estudiar, ir al médico o trabajar. Los intelectuales, los artistas, los opositores al régimen también fueron perseguidos. Las obras de arte, los museos, el patrimonio histórico de una de las regiones del planeta con más pasado fueron arrasadas. Fue, sin duda, una de las mayores barbaries de la historia, y, además, auspiciada por el juego de occidente.
Dos de los últimos libros que he leído dejan constancia de esta situación y de lo que ha sido la historia de este país "estratégico". Uno de ellos "Mil Soles Espléndidos" del escritor afgano Khaled Hosseini, es realmente espléndido. A través de la vida de dos mujeres nos cuenta la historia reciente de este país desde la invasión soviética. El otro, es el diario de viaje de la catalana Ana Tortajada, "El Grito Silenciado", donde cuenta su periplo por Afganistán y por los campamentos de refugiados afganos en Pakistán en la época de los talibanes. Os los recomiendo, porque son un buen instrumento de concienciación para no olvidarnos de lo que no puede volver a ocurrir, pero también para no ignorar lo que continúa sucediendo.
5 comentarios
Juan Rey -
Saludos cordiales.
P.D. Muy guapas las fotos de las polillas.
ALMU -
Estás el número uno en la lista del Grito Silenciado, que el otro ya lo tengo reservado.. En cuanto los que recomiendas, podíamos hacer un cambio...
Juan Rey -
Pues nada, acomodándome a las circunstancias y con respecto al segundo libro, me gustaría entrar en lista de espera para el préstamo.
En cuanto al tema del holocausto, me permito recomendarte un cuento titulado "El niño del pijama de rayas", que se lee enseguida y es un pequeño acto de ... en fin no te cuento nada, que el propio autor en la contraportada se niega a hacerlo para que el lector lo aborde sin orientación previa, y no seré yo quien le enmiende la plana.
Por último, y con respecto a la pasividad ante la desgracia ajena, y a veces incluso ante la propia, te recomiendo otro ,nada infantil, titulado "Treblinka". En él se narra una anécdota que procedo a resumir. Corría el rumor por Alemania (no está documentado que el discurso exista) de que Hitler había afirmado que cuando la guerra terminara únicamente quedarían en Alemania 4 judíos, con el fin de poder ser paseados una vez al año, en coche descapotable y que los alemanes no olvidasen lo que era un judío. El segundo comandante que tuvo el campo de exterminio de Treblinka (un profesional del exterminio, meticuloso y concienzudo que logró triplicar la eficacia de su predecesor)afirmó, refiriéndose a la pasividad con que los judíos se dejaban conducir a la muerte "Todos los judíos que entran en este campo piensan que serán uno de los 4 que Hitler paseará por Berlín". La frase resume una realidad incómoda, la pérdida de la esperanza, la infrahumanidad que se puede llegar a alcanzar ante determinadas circunstancias. Afortunadamente el autor de dicha frase se equivocó, no todos esperaban ser uno de esos 4 judíos, los había que sabían que iban a morir y decidieron morir matando, se organizó una rebelión y unas docenas de ellos lograron escapar llevándose por delante a buena parte de sus carceleros. El resto murieron, pero dando un sentido a su muerte.
Saludos cordiales.
ALMU -
Guti -
Pero yo no, no olvido a esa gente. Aunque no sepa ponerles nombre ni lugar.