CUANDO LOS QUE MANDAN SON LOS MALTRATADORES
El artículo 1 de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, recoge que “por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basada en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”
La violencia de género no sólo se produce de los hombres hacia las mujeres , sino que puede ser ejercida por la sociedad o por el Estado. El patriarcado se ha afianzado en la violencia sobre la mujer. Los ataques contra las mujeres son una realidad que viene de antiguo y que no ha acabado. Tenemos que afinar nuestra atención.
La maternidad siempre ha sido la excusa para condicionar la libertad de la mujer. El concepto de mujer se configura como el sexo de la especie humana con facultades para otorgar la vida. Esa es su finalidad principal. Esa es su obligación, que no su derecho, y para el cumplimiento de este deber no se ha escatimado en la aplicación conveniente de la fuerza, la represión, el condicionamiento y la manipulación.
La mujer republicana, las mujeres represaliadas por la dictadura eran vistas por el régimen como meras reproductoras. Se ha utilizado la maternidad para la tortura y la represión política. Las mujeres son, ayer y hoy, dobles víctimas en las guerras y en las posguerras. La violencia de destruir el vínculo entre madre y su descendencia, la barbarie de dolor que se vivió en nuestro país durante cuarenta años es algo sobre lo que no puede extenderse velo alguno. No más velos para las mujeres.
La visión de la maternidad como destino principal de las mujeres ha vuelto a la sociedad española. La mujer no podrá decidir sobre su propia cuerpo, sobre su propia vida. Lo fundamental es que nazca la criatura, las condiciones y consecuencias carecen de importancia. Lo fundamental es que nazca, sea como sea y a costa de lo que sea, incluso de la propia vida de la madre. Si ella no lo quiere ya habrá quien se encargue, quien eduque como quiere el Gobierno de decidir qué se enseñará en el colegio y cómo.
A veces pienso que la ciudadanía española vive dentro de un bucle que se va perfeccionando
(nota. Recomiendo el documental “Los niños perdidos del franquismo”, que hace años emitieron en TV3).
http://www.youtube.com/watch?v=c05-psMgiHU&playnext=1&list=PLE6F86D950E6655FC&feature=results_main
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