Hay quien piensa que hoy es un día para celebrar la desigualdad. ¿Por qué las mujeres tienen su propio día de celebración y los hombres no? También se escucha que esta celebración es un día de separación, de contradicción y ruptura. El feminismo no sabe convivir, el feminismo inventa ataques y crea miedos.
Se ataca a las y los feministas desde la ignorancia. Se ignora la fuerza del feminismo como corriente filosófica y práctica, cuyo último fin es la igualdad entre hombres y mujeres. Porque la desigualdad es, todavía, una realidad en muchas facetas. Porque lo bueno se otorga mayoritariamente a un sexo y lo malo a otro. Porque uno es la medida de todas las cosas y el otro debe ser la mesura. Porque lo que se les consiente a unos, se les exige a otras.
Por eso quiero plantear una reflexión en mi blog. Analicemos las definiciones que de “hombre y mujer” recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua:
Hombre. (Del lat. homo, -ĭnis).1. m. Ser animado racional, varón o mujer.2. m.varón (ǁ ser humano del sexo masculino).3. m. Varón que ha llegado a la edad adulta.4. m. Grupo determinado del género humano.El hombre del Renacimiento.El hombre europeo.5. m. Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.¡Ese sí que es un hombre!6. m. U., unido con algunos sustantivos por medio de la preposición de, para designar al que posee las cualidades o cosas significadas por tales sustantivos.Hombre de honor, de tesón, de valor.7. m. coloq.marido.8. m. p. us. Persona que en ciertos juegos de naipes dice que entra y juega contra los demás.9. m. p. us. Juego de naipes semejante al tresillo, de origen español, que se extendió por Europa en el siglo XVI. ~ bueno.1. m. Der. El mediador en los actos de conciliación.2. m. desus. El que pertenecía al estado llano. ~ de a pie.1. m. Pluralidad de personas en cuanto representativas de las opiniones y gustos de la mayoría. ~ de armas.1. m. desus. Jinete armado de todas piezas. ~ de barba.1. m. desus. El que tiene entereza y serenidad. ~ de campo.1. m. El que con frecuencia se ejercita en la caza o en las faenas agrícolas. ~ de capa y espada.1. m. Seglar que no profesaba de propósito una facultad. ~ de guerra.1. m. El que sigue la carrera de las armas o profesión militar. ~ de la bolsa.1. m. Arg.hombre del saco. ~ de letras.1. m. El que cultiva la literatura o las ciencias humanas. ~ del saco.1. m. Personaje ficticio con que se asusta a los niños. ~ de paja.1. m. El que actúa al dictado de otro que no quiere figurar en primer plano. ~ de punto.1. m. desus. El que es puntilloso. ~ lobo.1. m. El que, según la tradición popular, se convierte en lobo las noches de plenilunio. ~ objeto.1. m. El que es valorado exclusivamente por su belleza o atractivo sexual. ~ orquesta.1. m. El que lleva sobre sí un conjunto de instrumentos que toca simultáneamente. ~ público.1. m. El que tiene presencia e influjo en la vida social. ~ rana.1. m. El provisto del equipo necesario para efectuar trabajos submarinos.buen ~.1. loc. interj. rur. U. para llamar o dirigirse a un desconocido.pobre ~.1. m. El de cortos talentos e instrucción.2. m. El de poca habilidad y sin vigor ni resolución.como un solo ~.1. loc. adv. Dicho de proceder un conjunto de personas: Con unanimidad.de ~ a ~.1. loc. adv. Con sinceridad.2. loc. adv.de igual a igual.hacer a alguien~.1. fr. coloq. Protegerlo eficazmente.hacerse alguien un ~.1. fr. Llegar a ser maduro y responsable de sus actos.hombre.1. interj. U. para indicar sorpresa o asombro, o con un matiz conciliador.¡Hombre, tú por aquí!¡Hombre, no te enfades!no haber, o no quedar, ~ con ~.1. frs. desus. Quedar desbaratado un conjunto de personas o haber falta de unión entre ellas.ser alguien~ al agua.1. fr. coloq. Hallarse en una situación desesperada.ser alguien mucho ~.1. fr. Ser persona de gran talento e instrucción o de gran habilidad.ser alguien muy ~.1. fr. Ser valiente y esforzado.ser alguien poco ~.1. fr. Ser cobarde.ser alguien todo un ~.1. fr. Tener destacadas cualidades varoniles, como el valor, la firmeza y la fuerza.
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Mujer. (Del lat. mulĭer, -ēris).1. f. Persona del sexo femenino.2. f.mujer que ha llegado a la pubertad o a la edad adulta.3. f.mujer que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia.¡Esa sí que es una mujer!4. f.mujer que posee determinadas cualidades.Mujer de honor, de tesón, de valor.5. f.mujer casada, con relación al marido. ~ de campo.1. f. La que con frecuencia se ejercita en la caza o en las faenas agrícolas. ~ de digo y hago.1. f.mujer fuerte, resuelta y osada. ~ de gobierno.1. f. Criada que tenía a su cargo el gobierno económico de la casa. ~ del arte.1. f.prostituta. ~ de letras.1. f. La que cultiva la literatura o las ciencias humanas. ~ del partido, o~ de punto.1. f.prostituta. ~ de su casa.1. f. La que con diligencia se ocupa de los quehaceres domésticos y cuida de su hacienda y familia. ~ fatal.1. f. Aquella cuyo poder de atracción amorosa acarrea fin desgraciado a sí misma o a quienes atrae. U. referido principalmente a personajes de ficción, sobre todo de cine, y a las actrices que los representan. ~ mundana.1. f.prostituta. ~ objeto.1. f. La que es valorada exclusivamente por su belleza o atractivo sexual. ~ perdida, o~ pública.1. f.prostituta.pobre ~.1. f. La de cortos talentos e instrucción.2. f. La de poca habilidad y sin vigor ni resolución.buena ~.1. expr. rur. U. para llamar o dirigirse a una desconocida.de ~ a ~.1. loc. adv. Con sinceridad.2. loc. adv.de igual a igual.hacerse una ~.1. fr. Llegar a ser madura y responsable de sus actos.2. fr.ser mujer.mujer.1. interj. U. para indicar sorpresa o asombro, o con un matiz conciliador.¡Mujer, qué susto me has dado!¡Mujer, no te enfades!ser mucha ~.1. fr. Ser admirable por la rectitud de carácter, por la integridad moral o por sus habilidades.ser ~una niña o adolescente.1. fr. Haber tenido la menstruación por primera vez.ser toda una ~.1. fr. Tener valor, firmeza y fuerza moral.tomar ~un hombre.1. fr. Contraer matrimonio con ella.
El aspecto que más llama la atención es como la definición de “hombre” engloba también la de mujer. Simone de Beavoir ya establecía que en el patriarcado el hombre era la medida de todas las cosas, y por ello, con respecto a él se definen todas las demás. Esto se puede observar en la definición de hombre como “grupo determinado del género humano”. El hombre como tal ha llegado a la luna, ha descubierto el fuego y la escritura, en definitiva, ha construido todas las civilizaciones de todas las épocas. Las mujeres no estábamos allí. La contribución del sexo femenino a la historia se ha invisibilizado a lo largo de los siglos y ello se refleja en el lenguaje.
En cambio, en las definiciones del término mujer, en ningún caso, aparecen ideas que puedan atribuirse indistintamente a uno u otro sexo. La condición de mujer y sus atributos siempre son femeninos. Asimismo, puede observarse que en las expresiones o frases hechas para definir cualidades femeninas, cuando no van dirigidas a definir quehaceres de la vida privada como mujer de su casa, aparecen términos descalificativos. “Mujer del arte”, “mujer del partido” o “mujer de punto” significan prostituta, cuando todo el mundo sabe que los contrapuntos masculinos tienen un significado totalmente opuestos. Lo mismo podemos decir del tan traído y llevado mito de mujer fatal para definir a aquellas mujeres que sentimental o amorosamente optaban por seguir otros caminos diferentes al matrimonio o a la sumisión de un varón.
No podemos olvidar que e una institución como la Real Academia de la Lengua Española y lo que ella dictamina es norma dentro de nuestra lengua española. Se ha hablado mucho de la “dictadura” ejercida por los académicos en definir lo correcto de lo que no lo es. Importantes escritores hispanoamericanos como García Márquez han criticado la rigidez y estrechez a la hora de valorar las aportaciones de otras culturas y otros pueblos al acerbo común del español. Del mismo modo se comporta la RAE a la hora de superar los claros ejemplos sexistas que todavía existen en su seno.
Que una institución con la RAE mantenga estas definiciones como las únicas lingüísticamente correctas perpetúa la situación de la mujer en un segundo plano. No se trata de destruir el lenguaje y su significado histórico, sino de poner de relevancia que el mismo refleja una sociedad donde la igualdad total entre sexos todavía no se ha conseguido, aunque sigue siendo una lucha continua de muchos y muchas.
La RAE debería ser la primera en fomentar el uso no sexista del lenguaje. Existen mecanismos para ello, y todos ellos gramaticalmente correctos. La palabra humanidad, pueblo, comunidad, sociedad e incluso ser humano nos engloban a todos y a todas y pueden utilizarse sin hacer “pesada” (como alguien opina del lenguaje no sexista) nuestra comunicación.
Asimismo, en las definiciones debería hacerse un apunte al uso actual o pasado de las definiciones. Hoy en día no tendría que existir como actual, por ejemplo, el concepto “mujer fatal”, sino que habría que calificarlo como anacrónico y propio de épocas pasadas. En fin, no podemos olvidar que la RAE dista mucho de ser un organismo paritario,
Para concluir, la definición correcta sería aquella que definiera Persona como ser animado y racional, hombre o mujer. Pasando a definirse Hombre como persona del sexo masculino, tal y como se contempla en la actualidad el término mujer. Esta manera es más acorde con la actualidad. Tal y como está ahora, cabrían las siguientes preguntas: ¿no es persona un hombre? ¿no es una mujer un ser animado y racional?