ALLÁ DONDE FUERES, HAZ LO QUE VIERES
Este lunes aparecía en la prensa la imagen de los Príncipes de Asturias en Abhu Dhabi, en la visita de la Mezquita del Jefe Zayed.
Es costumbre, como todos sabemos, en el mundo islámico que todos y todas se descalcen para entrar en una mezquita. Además, las mujeres deben cubrirse con un pañuelo. Eso en el menor de los casos.
Así que los dos se descalzaron. Ella y él. ¿Por qué se descalzan? ¿Es un rito, una costumbre, una señal de respeto? O es una señal centenaria de poder, de humillación, de postración o de marcar el territorio? ¿Por qué hay que arrodillarse en una iglesia? ¿No es la liturgia cristiana una serie de ritos que pretenden marcar la superioridad de lo divino (regido por unos pocos), a lo humano, donde estamos todos los demás?
Pero el poder terrenal, se descalzó en el Emirato. Y no sólo eso, la mujer sufrió un signo más de dependencia, de falta de libertad, de ocultación forzada y tuvo que cubrirse la cabeza.
Recuerdo yo que, al visitar la mezquita Al-Azhar del Cairo, la más importante de la ciudad y sede universitaria también, me obligaron a ponerme una túnica entera porque mis ropas dejaban entrever mi silueta. Lo hice, más que nada por curiosidad sobre qué guardaban con tanta parafernalia.
Allá donde fueres, haz lo que vieres. Regla indiscutible del respeto que los españoles exportamos a lo largo y ancho del mundo. Vamos al mundo árabe y nos cubrimos, vamos a Japón y comemos pescado crudo y vamos a Argentina y bebemos mate, o bailamos salsa en una playa caribeña.
Es, según mi modo de ver, discutible que yo tenga que aceptar costumbres centenarias que no son más que símbolos de dominación. Tengo que ponerme velo, tengo que no beber alcohol, tengo que soportar que no se me trate en igualdad de condiciones. Y todo ello por respeto.
¿No pueden amoldarse también a nuestra cultura? Nuestra sociedad es laica. Las chicas tienen derecho a una educación en igualdad de condiciones, no tienen por qué ser obligadas a la ocultación y la secundariedad. Y en España, hay mujeres empresarias, políticas, periodistas. ¿No os acordáis de un viaje oficial a un Emirato Árabe en el que se negaban a acreditar a las mujeres periodistas que acompañaban a la delegación española?
Tenemos que ir separando lo que es machismo, con lo que debe ser cultura.